KILIM
El kilim es un tejido simple con un urdimbre y tramo. Básicamente se distingue por no tener “pelos” como la alfombra.
Nacieron hace unos 3.500 años en Asia Central, desde donde se fueron extendiendo hacia Europa Oriental, África del Norte y más tarde Europa Occidental. Son consideradas, por tanto, las alfombras más antiguas del mundo. El origen nómada de quienes lo usaban en la antigüedad, hicieron que tuviesen una característica especial en la trama de urdimbre, plana y sin nudos, para evitar el paso de la arena del desierto. Los kilim acompañaban a sus dueños como maletas o como divisorios en las tiendas que armaban en los viajes.
Los diseños estaban llenos de simbolismo. Estos significaban deseos, mensajes o, por ejemplo, los motivos con forma de S anunciaban un feliz acontecimiento. En general, se confeccionaban sin un patrón previo que los daba espontaneidad y exclusividad a cada pieza. Los actuales no respetan a estos tradiciones pero mantienen el espíritu ágil del tejido original.
Una de las principales ventajas del kilim es que pesa muy poco, es liviana y nos transmite una imagen fresca y ligera.
Dentro de la decoración, los kilim han supuesto un artículo novedoso, diferente y único. Son piezas exclusivas, ya que al estar bordadas a mano no exiten dos iguales. También ofrecen unos diseños y motivos originales, étnicos y diferentes a lo conocido. Por otro lado, su composición hace que sean piezas fáciles para el mantenimiento y ofrecen agilidad y comfort.