HISTORIA DEL KILIM
El kilim es un tejido simple con un urdimbre y tramo.¿cómo decorar con un kilim?Básicamente se distingue por no tener “pelos”, al contrario que la alfombra. Nacieron hace unos 3.500 años en Asia Central, desde donde se fueron extendiendo hacia Europa Oriental, África del Norte y más tarde Europa Occidental. Son considerados, por tanto, el estilo de alfombras más antiguas del mundo. El origen nómada de quienes lo usaban en la antigüedad, hicieron que tuviesen una característica especial en la trama de urdimbre, plana y sin nudos, para evitar el paso de la arena del desierto. Los kilims acompañaban a sus dueños como mantas, maletas o para decorar las tiendas que armaban en los viajes.
Los diseños estaban llenos de simbolismos. Estos significaban deseos, mensajes o, por ejemplo, los motivos con forma de S anunciaban un feliz acontecimiento. En general, se confeccionaban sin un patrón previo que los daba espontaneidad y exclusividad a cada pieza. Los actuales no respetan estas tradiciones pero mantienen el espíritu ágil del tejido original. Una de las principales ventajas del kilim es que pesa muy poco, es liviano y transmite una imagen fresca y ligera.
DECORAR CON KILIM
Dentro de la decoración, los kilims han supuesto un artículo novedoso, diferente y único. Son piezas exclusivas, ya que al estar bordados a mano no existen dos iguales. También ofrecen unos diseños y motivos originales, étnicos y diferentes a lo conocido. Por otro lado, su composición hace que sean piezas fáciles para el mantenimiento y ofrecen agilidad y confort.
Principalmente se utilizan en dormitorios para pies de cama, como colchas o como objeto de paso al propio dormitorio o vestidor. También se utilizan como tapices, pasilleros y entradas principales. Son muy versátiles, combinables y manejables. Decorar con kilim amplía las opciones para combinar colores y materiales dentro de un espacio y se adaptan a cualquier cambio decorativo. Suponen una pieza atemporal que ofrece un toque de étnico, colorido y lleno de personalidad..